La información obtenida del análisis, debe ser cuantitativa, precisa y coherente. Además, debe procurar traducir los datos a medidas unificadas, de modo que la comparativa entre unos y otros aspectos de la gestión pueda llevarse a cabo con facilidad.

Los indicadores de calidad en una organización no servirán de mucho para otra; cada compañía tiene una realidad concreta, por lo que los KPI´s deben diseñarse de forma personalizada, acorde a sus objetivos de análisis.

La organización deberá seleccionar aquellos que estén estrechamente vinculados con los objetivos de la organización.

 Es importante también establecer los parámetros de tiempo sobre los que se van a aplicar los indicadores.

Para poder interpretar correctamente las cifras obtenidas tras el análisis, los KPI´s deben mostrar una relación causa-efecto que permita comprender las consecuencias positivas o negativas de la gestión.    

Los indicadores de gestión deben mostrar la realidad de la organización. Por tanto, los KPI´s deben basarse en datos fidedignos, pues una información incorrecta o falsa provocará una toma de decisiones desacertada.

Más vale calidad que cantidad. Establecer un exceso de KPI´s por un afán de realizar un trabajo lo más exhaustivo posible puede generar una base de datos demasiado grande para sacar conclusiones concretas.

 Los indicadores de gestión deben poder ser comprendidos por cualquier persona que tenga acceso a esta base de datos, por lo que la información debe plasmarse de forma clara y concisa.

Del mismo modo, los parámetros deben permitir que sean comparados entre sí para enriquecer más los resultados.

El mercado cambia prácticamente a diario y las empresas tienen que adaptarse a estos nuevos desafíos, por lo que los indicadores deben actualizarse de forma paralela y ajustarse a la nueva realidad en su actuar.